La traición
Era un día más, aburrido y sin sentido, como Siempre! Esa mañana viajaría de nuevo a Bogotá, para que mi papá siguiera atendiendo sus asuntos de la Constructora! Uff!
Carlos- Papá, Me subo al Auto?
Ernesto- Si, Déjame Solo. Quiero despedirme de México
Carlos- Te entiendo. Espero en el auto (Se va)
Ernesto- Dios Mio, desde que falleció Carmen que no salía de México. Ahora que regrese falta ver que cuentas me tiene Uriel. Protégenos dios Mio!
Ernesto- Tengo media hora preguntándote si te sientes Bien. Hace 8 años que no viajábamos.
Carlos- No es para tanto. ¿Acaso estás ciego? Vengo escuchando música y no te oigo.
Ernesto- Lo que yo me pregunto es en qué momento te volviste Frívolo y Grosero
Carlos- En el Colegio
Ernesto- ¿Qué?
Carlos- En el colegio aprendí a ser como soy. Tus ausencias por estar en el trabajo…
Ernesto- No me digas más! Quizá, tuviste razón y yo tengo la culpa de que seas así
Carlos- Vaya! Lo reconoces!
Ernesto- Hijo, ya verás que en Bogotá pasaré mas tiempo contigo. Uriel me está ayudando mucho en la constructora.
Carlos- A Mí ese tal Uriel nunca me ha dado Buena espina.
Ernesto- Es una buena persona
Carlos- Ya verás cuando te haga algo, te acordarás de mí, y Mucho!
Ernesto- El que se acordará de mi es otro, cuando descubras que Uriel es Genial
Carlos- No se ve bien en una persona mayor que diga ‘Genial’
Ernesto- Y?
Carlos- Piensa lo que quieras.
Carlos- Al fin, Llegamos!
Ernesto- Estuvo lindo el viaje, No?
Carlos- Si con viaje, te refieres al avión, entonces sí!
Ernesto- No Estoy para bromas.
Carlos- No es broma
Ernesto- ¿Enserio?
Carlos- Daré una vuelta por el vecindario, a ver si hago amigos.
Ernesto- Como es posible! La llave no abre la casa! ¿Quién estará adentro? Tocaré el timbre.
Señora- ¿Qué se le ofrece?
Ernesto- Soy Ernesto Zepeda, dueño de esta casa, señora
Señora- No! Debe ser un error. Yo compré esta casa hace un par de años! (Cierra la Puerta)
Ernesto- ¿Qué está diciendo esta mujer? Debo llamar a Uriel (Toma su celular)
Ernesto- Que raro que no me conteste! (Recibe una llamada)
Ernesto- Uriel?
Señor- ¿Quién habla? ¿Es usted, Señor Ernesto?
Ernesto- Si. El habla.
Señor: Que alivio. Tengo dos años buscándolo para que me pague una deuda con el banco! Por mas que nos comunicábamos con usted, no respondía. La deuda corresponde a 90 Millones de Dólares.
Ernesto- ¿Qué? Debe ser un error! Además, si tuviera una deuda, ustedes se la hubieran cobrado de mi cuenta, donde tengo esos Millones!
Señor- No. Usted tiene su cuenta en ceros desde hace 7 años.
Ernesto- ¿Qué? Uriel! (Cuelga) No puede ser Posible!
Carlos- (Topa con una chica): Uy! Perdón! Fue sin querer
Reyna- No te preocupes. Me llamo Reyna
Carlos- Yo soy Carlos. Perdón, me tengo que ir…
Reyna- Yo también
Carlos- Vives por aquí?
Reyna- Si, y tu?
Carlos- También, espero… Verte pronto
Reyna- Yo también, Bueno… Bye!
Ernesto- Hijo! Que bueno que llegas… tengo que…
Carlos- ¿Qué haces afuera de la casa? ¿Por qué no has bajado el equipaje?
Ernesto- La casa… ya no es nuestra
Carlos- ¿Cómo?
Ernesto- Uriel nos dejó en la ruina
Carlos- ¿Qué?
Ernesto- Al parecer vendió la casa, me dejó en la ruina y con una deuda de casi 100 Millones de Dólares
Carlos- Te lo dije! No era de confiar!
Ernesto- De haber sabido todo esto, no habría hecho nada!
Carlos- Enserio nunca debiste de haber puesto en riesgo tu patrimonio! Ahora, ¿Qué vamos a hacer?
Ernesto- Debo pensarlo, por lo pronto vámonos a un hotel.
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